¿Qué tanto se romantiza el concepto del freelance en la sociedad Latinoamericana? Esa es una de las grandes preguntas que podrían surgir cuando uno está buscando cambiarse de un trabajo con horario, a uno con completa libertad. Sin embargo, siempre está en duda el qué tan beneficioso termina siendo tener un trabajo el cual solo depende de ti. Un concepto algo complicado ya que la norma en la sociedad dicta que los trabajos “válidos” son aquellos que demuestran estabilidad a través de un sueldo base, un horario predeterminado, un jefe que te revise y antigüedad en una empresa. Antes de adentrarse al mundo del freelance, se deben tomar en cuenta todas las circunstancias de éste y si es algo que se busca adoptar en nuestro estilo de vida.
Una de las percepciones equivocadas que tiene el freelance es que es un trabajo de hustlers. Lo que esto quiere decir es que es un estilo de vida lleno de noches sin dormir, tazas ilimitadas de café al día y una vida sin tiempo libre. Todo esto lo venden como si fuera algo bueno; como si una vida sin vida fuera el camino a la felicidad, pero, ¿es esto un hecho o una fantasía? El cansancio mental y físico no es algo con lo que se deba jugar. Realmente no es necesario estar trabajando 24/7 para ser exitoso, al contrario, ese espacio lejos del trabajo es vital para poder, pues, tener un buen rendimiento y poder generar más. Es aquí donde entra una nueva propuesta de trabajo, una que promete ser el futuro de la vida profesional.
Passion Economy o bien, la economía de la pasión, tiene su fundamento en que los freelancers pueden ganar más dinero al crecer sus clientes exponencialmente de forma que no trabajan por gigs, sino hacen de sus proyectos algo más accesible para un nicho amplio de clientes con la posibilidad de doblar sus ingresos. Suena increíble, ¿no? Adam Davidson es el escritor del libro The Passion Economy y nos introduce este término que viene a revolucionar la forma en que los freelancers trabajan. Que si realmente es algo positivo para todos los freelancers o si puede ser aterrizado a toda situación económica, es algo que estaría por verse. El propósito de esta forma de trabajo es poder unir el poder adquisitivo con la pasión y el amor que se tiene por algo. Te invita a encontrar aquello que te hace único, lo cual no es fácil ya que se necesita de una introspección muy profunda. No todos saben lo que quieren hacer y en lo que son buenos, pero lo más complicado es ligar eso con lo externo; con quiénes son tu gente, tu nicho. Lo que Davidson aclara es que no hay por qué escoger dinero, sino pasión, pero, ¿qué tan aterrizado a la realidad está esta frase? Si nos situamos en Latinoamérica, la posibilidad de vivir de pasión es solo accesible para unos cuantos; y aún así, aquellos que sí lo pueden hacer también tienen que pensar en sus necesidades económicas que no siempre los puede llevar a vivir de pasión.
Creo, personalmente, que más allá de buscar pasión, es buscar disfrutar tu vida laboral. ¿Qué quiere decir esto? O bien, ¿es siquiera posible disfrutar el trabajo? No veo por qué no. Es una realidad que el futuro sí es un trabajo independiente, lejos de las empresas multibillonarias que tienen a sus empleados ganando lo más mínimo sin gran posibilidad de crecer. Mientras tu economía pueda estar asegurada, lánzate a hacer aquello que más amas. Enfócate en tu propósito, no en escalarte a los grandes números. Siempre y cuando atiendas de forma atenta a tu público y les des exactamente lo que necesitan, no tendrán otra opción más que escogerte entre la competencia.
Este camino es uno muy hermoso, pero duro de navegar. Siempre y cuando se tenga esto en mente, las posibilidades son extensas; solo hay que procurar mantener los pies en la tierra para no dejarnos llevar por lo poético que pueda ser esa vida llena de “pasión laboral”. De esta forma podemos tener lo mejor de dos mundos, el amor por lo que haces y la economía asegurada.
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