La vida como la conocíamos cambió por completo en el 2020. Ese año decidió abrir punta con una crisis mundial que llevaría a millones de mini crisis en nuestros hogares al darnos cuenta de que el cambio era irremediable. Pero así como trajo algo malo, también vino algo bueno; la oportunidad de encontrar que el trabajo puede realizarse desde cualquier lugar. Nuestra casa pasó a ser más que solo un hogar, sino una oficina, restaurante, cine, etc. Nos comenzamos a dar cuenta de las posibilidades que podíamos hacer en nuestro propio espacio y fue así que ahorita, a pesar de ya tener la libertad de salir, muchos de nosotros tomamos la decisión de seguir trabajando desde casa. Claro está que con esto llegan otras complicaciones y una de ellas — la más fuerte — es lo difícil que suele ser concentrarse en casa.
Habrá personas que no tengan problema alguno en trabajar desde casa, inclusive hay algunos suertudos que lo hacen mejor en ese espacio a solas que en cualquier otro lado. Pero si eres como yo, la cama en tu casa suele llamarte a tomarte unos cuantos breaks y así, evitar un avance. También hay que tomar en cuenta que las oficinas tienen su propósito, y este es justo el mantener distracciones de la vida común (como tus perros necesitando salir a caminar, tus vecinos gritando, familiares escuchando música o platicando, etc) fuera del espacio laboral. Pero uno de los mayores causantes de la dificultad con el enfoque en casa es la ausencia del límite entre lo que es tu hogar y tu espacio de trabajo. Cuando se pierde la separación de las horas de trabajo a las horas de relajación, el enfoque en tu día a día se vuelve cada vez más difícil. Pero, ¿qué hago si no puedo estar saliendo diario a cafés y no tengo un espacio designado de trabajo? La clave está en actuar tal y como si estuvieras en una oficina.
Crear un horario
Crea un horario en el cual te dedicarás a trabajar y nada más, para que cuando llegue la hora de cierre, el trabajo se dé por terminado oficialmente. Esos límites ayudarán a tu cuerpo a entender que debe estar activo durante ese horario y después, se puede relajar. En teoría lo ideal no es trabajar corrido las ocho horas como solemos hacerlo; sino trabajar activamente durante 5 horas tomando solamente un break. Tu cerebro estará mucho más concentrado durante ese periodo de tiempo a que si se extienden las horas y el cansancio aumenta.
Vístete para la ocasión
Otro aspecto que sirve muchísimo para la concentración, pero que no tomamos en cuenta la mayoría de las veces, es la ropa. Al inicio de la pandemia nos alegrábamos por poder trabajar desde cama en pijama, pero psicológicamente, el vestirse para una ocasión, aunque no tengas una, ayuda a la persona a estar mucho más preparada para el día. Si no le distinguimos a nuestro cuerpo la diferencia entre cama y trabajo, éste no estará activo cuando lo necesitemos. Entonces por la mañana, después del desayuno, toma un baño y escoge tus prendas favoritas para sentirte bien contigo mismo y así, poder enfocarte mejor.
Pon tus metas del día
Por último, establece objetivos para ti mismo. Si nos ponemos metas para cumplir al día, el trabajo se sentirá más ligero y te permitirá enfocarte mejor en lo que tienes que hacer. De preferencia escoge esas actividades que tienen mayor prioridad para que la presión vaya disminuyendo y todo se haga en tiempo y forma. Al final del día sentirás cierta satisfacción de que terminaste lo que debías y así descansarás mejor para el día siguiente. Así como todo en la vida, el enfoque en casa es algo para practicar hasta alcanzar un nivel en el que te sientas cómodo.
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